En 1995 adquiere una cueva centenaria bajo el castillo de su localidad natal, San Vicente de la Sonsierra. En esta elaborará sus primeros vinos a pequeña escala, en paralelo a la adquisición de pequeños majuelos. Estas parcelas de viejos viñedos en vaso, poco más de 50 en la actualidad, reúnen unas condiciones (varietales, edafológicas, microclimáticas, etc.) que las hacen únicas para la elaboración de vinos singulares y gran calidad.

La obtención de la máxima puntuación otorgada (100 puntos) por el crítico Robert Parker en sendas añadas de Contador (2004 y 2005), supondrá la consagración definitiva de esta bodega tanto a nivel nacional como internacional y una autentica revolución en la D.O.Ca. Rioja. La viticultura se realiza bajo un meticuloso control de todos los procesos (poda, laboreo y vendimia) recibiendo la viña los tratamientos imprescindibles, sin la aplicación de productos de síntesis.

La escasa producción es vendimiada de forma manual y seleccionada. Desde 2008, la vinificación se realiza en la nueva y espectacular bodega con la que cuenta el proyecto, obra del arquitecto Héctor Herrera. Este proceso se realiza siempre por gravedad, con la mínima intervención. El exhaustivo trabajo de selección de las maderas destinadas a las crianzas, realizado personalmente por Benjamín, reúne a las 10 tonelerías más prestigiosas de Francia.