Soto Manrique

La Bodega Soto Manrique crea vinos tintos, blancos y rosados en la Denominación de Origen Protegida Cebreros. Fue fundada por Jesús Soto en 2013, tras 25 años de experiencia profesional en el mundo del vino nacional e internacional. Su búsqueda de la mejor uva Garnacha le lleva en 2016 hasta Cebreros. Allí encuentra viñas auténticas y paisajes únicos. Desde este momento comienza a comprar viñas viejas, rescatarlas y elaborar vinos con Albillo Real y Garnacha, variedades que crecen sobre suelos de arena granítica de diversa clase y textura, también pizarras, en altitudes entre 650 y 1.070 metros.

Soto Manrique, un proyecto familiar.

El recorrido de este proyecto familiar se inicia con la participación como socios propietarios en Bodega Belondrade y Bodegas Leda Viñas Viejas. En la actualidad, la segunda generación ha iniciado su propio proyecto de elaboración de vinos.

El respeto al medio ambiente y el entorno, así como su responsabilidad con la sociedad y las personas que lo habitan, definen su propósito.

Bodegas Soto Manrique cultiva las viñas, elabora vinos y los promociona y comercializa internacionalmente. De este modo consiguen extender la naturaleza del paisaje, sus costumbres, su pueblo y cultura al mayor número de personas en todo el mundo.

Jesús Soto tiene una amplia trayectoria profesional en la venta y elaboración de vino en Castilla y León. Fue cofundador de Bodegas Leda Viñas Viejas en 1.998.

Durante la década de los noventa su tienda de vinos Pecados Originales donde daba a conocer una extraordinaria selección de vinos, adquirió una importancia clave en la escena de Valladolid. En 2013 pone en marcha su propia empresa familiar de vinos y empieza con la elaboración de dos vinos de uvas cultivadas en el valle del Duero.

 

Soto Manrique diseña sus vinos a partir de la variedad de uva que los compone y de los suelos donde se asienta el viñedo. La búsqueda de la sencillez, la expresión de la singularidad del terroir y el máximo de frescura, tienen como resultado vinos originales de la DOP Cebreros, Naranjas Azules y la Viña de Ayer.

 

Los vinos de Bodegas Soto Manrique

El primer vino, Tinita, es un verdejo blanco creado a partir de una mezcla de distintos lotes de vinos, con una cría. Aunque nació bajo la Denominación de Origen Rueda, desde la añada de 2018 cuenta con el sello VT Castilla y León. Le sigue un vino rosado de Garnacha con el nombre Naranjas Azules, el responsable de una cambio de rumbo en el proyecto.

Jesús Soto llegó a Cebreros, Ávila, en su búsqueda de la mejor Garnacha en Castilla y León. Como el mismo explica “no es común encontrar una zona vitivinícola dominada por viñedos viejos y podados plantados en diferentes tipos de suelos a una altitud que va de los 700 a los 1.000 metros”. Aunque las vides también se asientan sobre pizarras, destacan especialmente los suelos de arena granítica.

En la actualidad Soto Manrique gestiona la cooperativa de Cebreros y se ocupa de elaborar sus vinos. Las uvas provienen de las 240 hectáreas de sus socios, de ellas Soto posee 20 hectáreas en proceso de certificación ecológica.

Produce tres líneas diferentes, vinos comerciales, vinos clásicos de la cooperativa y los propios vinos de Soto Manrique. Excepto el Verdejo, todos los vinos de Soto Manrique son de DO Cebreros, la denominación más nueva de la Sierra de Gredos.

Naranjas Azules es un vino rosado brillante, limpio y transparente, de carácter mineral, elaborado con uvas de maduración temprana cultivadas a baja altura.

La Viña de Ayer, es un vino floral y evocador, que expresa la mineralidad propia de la zona. Fermentado parcialmente con racimos enteros. Existe una versión blanca elaborada con Albillo Real.

A continuación, dos vinos rojos que muestran dos paisajes muy distintos de la zona. Los dos se elaboran en pequeñas cantidades:

Las uvas para el Camino de la Cruz Verde proceden de una zona limo-granítica a 700 m, a pesar de su altitud sigue los estándares de Cebreros. Es un vino delicado, fresco con notas florales y cítricos. Las Violetas, procedente de suelos de granito pobres y poco profundos, con una mayor mineralidad, a 900 metros sobre el nivel del mar.

En el último trimestre de 2020 se lanzaron dos tintos de un solo viñedo pero con características muy contrastadas. Alto de la Estrella proviene de las vides más altas cultivadas a 1.100 metros sobre suelos de pizarra y algo de cuarzo, un suelo cálido en una zona fría. Y Las Loberas un vino que se obtiene de una de las parcelas menos elevadas a 700 metros, se asienta sobre granito rosa, un suelo frío en una zona más cálida.

Soto Manrique

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