Tras este original y esclarecedor nombre, se esconde la principal de las pasiones de Curro Marín.
Curro, conocido sumiller de profesión y vocación, decide aventurarse a la elaboración de un “vermú” equilibrado en el que el vino predomine sobre las hierbas, al contrario de la concepción de los vermuts tradicionales. Y esta aventura la inicia ante la imposibilidad material de tratar y cuidar con mimo, como todo lo que hace, unos viñedos para la producción propia de vinos.
Ahí, en su pequeño garaje de la Carretera de la Sierra, junto a su asador, Curro ha elaborado su propia cosecha, donde ha sido capaz de obtener un producto multisensorial. Por eso, es único y propio el Vermú de Curro. Como característica exclusiva de este vermut, tenemos una serie limitada de 9 barricas de roble francés que han contenido, con anterioridad, el vino tinto de las prestigiosas bodegas de Horacio Calvente. Estas 9 son la base en las que, durante doce meses, se ha envejecido el Vermú de Garage by Curro con el que viene trabajando durante varios años hasta dar a conocer el fruto de ese tiempo de alquimia silenciosa y pausada. Un fruto sin igual con el cuerpo de la uva blanca y el espíritu del vino tinto, que se ha empezado a embotellar y comercializar desde las 9 barricas de su garage.