Vinos de calidad en pleno Priorat

Ferrer Bobet es un proyecto que surge de la iniciativa de dos reputados enólogos, Sergi Ferrer-Salat y Raül Bobet. Localizado en el municipio de Porrera (Tarragona), el inicio de actividad de esta bodega puede fecharse en 2002, aunque no será hasta 2008 cuando sus dos primeros vinos, Ferrer Bobet 2005 y Ferrer Bobet Selecció Especial 2005, salgan al mercado.

Este terroir y el viñedo (en propiedad) presentan unas condiciones idóneas para la elaboración de vinos de calidad en pleno Priorat. Entre otros factores, destaca la presencia de suelos compuestos casi en su totalidad por pizarra (Licorella), la influencia de los vientos del Noroeste o la cercanía del mar Mediterráneo. A su vez, la compartimentación del relieve, las acentuadas pendientes o la elevada altitud favorecen una equilibrada maduración fenólica de las uvas.

La viticultura de este proyecto, basada en estudios edafológicos y de adaptabilidad, es meticulosa y pulcra. De este modo se han logrado integrar armoniosamente numerosas variedades de uva tanto autóctonas como foráneas. Véase, Garnacha, Syrah, Cariñena, Cabernet Sauvignon, Viognier, etc.

Viticultura 100% orgánica

En campo se usan técnicas tradicionales, sin empleo de insecticidas, fungicidas o herbicidas en ninguno de los procesos. Este proceder favorece una viticultura 100 % orgánica, respetuosa con la tradición. Destaca la equilibrada distribución de los uso del suelo en la finca. De un total de 60 has, tan solo 22 son dedicadas al cultivo del viñedo, garantizándose la conservación y respeto por el paisaje natural y la biodiversidad de este entorno.

La bodega está diseñada a conciencia para garantizar un correcto worf flow, empleándose para ello la fuerza de la gravedad (desde la recepción hasta el embotellado) con la maquinaria justa y necesaria. La doble selección en mesa se realiza grano a grano. Con posterioridad, el proceso de vinificación se inicia con la fermentación en tinas pequeñas (la mayoría de roble) de quince a treinta hectolitros. La crianza y envejecimiento sobre barricas francesas de grano fino se prolonga durante un mínimo de 12 meses, embotellándose sin clarificar ni filtrar.